miércoles, 23 de julio de 2008

La continuidad de los parques


Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Julio Cortázar

16 comentarios:

Ferula communis dijo...

el hombre del sillon qe lee la novela termina matandose a si mismo >< algo asi era, una caca mi analisis xd recuerdo ese texto, te adoro mujer :).

Anónimo dijo...

Recuerdo haber sido compañero de Diego en ese entonces, solo recordaba el sillón aterciopelado verde xD! mmm :B! Buuu! xd cuídate :)!

Anónimo dijo...

te te te quiere mucho Anónimo :)!

Anónimo dijo...

me demore una hora :O! la hice corta (h) XD q flaite eso es como decir:

>> Se te ve "Choriza" xD <<

Eatbooks(!) dijo...

Sabia que no lo habías escrito tú :B quizás fue porque lo habia leido antes, pero naturalmente, no lo recordaba...hasta que iba en los últimos párrafos.
Al principio crei, que era un extracto de Cumbres Borrascosas,pero luego fui adentrandome en el texto y descubrí que no era el estilo de la autora y ahi..cashé qe onda xD
Besus
P.d: Yo pienso, sinceramente, qe somos mas iguales que diferentes :B

Anónimo dijo...

por lo del comentario de arriba... hemm creo que son tan iguales pero tan distintas a la vez...


GRR! ><


Te quiedo

Anónimo dijo...

La ultima vez que lei esto fue hace 4 años, venia en mi libro de texto, nadie en el salón lo entendimos. Ahora creo que el hombre estaba leyendo su propia vida y una ajena, por asi decirlo.

La niña que intenta comunicarse dijo...

Amo este cuento xd... y eso. Lalala.

Raúl Marín dijo...

No sé. Cortazar es lo maximo. Mi maestro. Lee mi historia por favor, haber q te parece. Saludos, desde acá. Y gracias a Julio conoci a La Maga...

Del otro lado del sol dijo...

Fediz cumpleaños "pequeña" (:

Anónimo dijo...

Y y y me faltaron tantas cosas q decirte hoy, si me acuerdo mañana te las contare.!

Ferula communis dijo...

Espero lo veas ahora >< mi msn se cerro solo i ahora no se abre >< te qiero gaby, si me dejaron sobr elo d emañana, solo falta qe me lo confirmes guapa xdd te qiero mujer, ojala vernos mañana :).

Anónimo dijo...

Hola soy el anónimo,
cuando habrá algo nuevo por acá!
asdf*! ehm! nos vmeos


Adiós!

Anónimo dijo...

Ella dispara ganas de querer :B!
ehmm! ya no peliaremos más (: y en cuanto a mi perro besa igual de bien q tu :O! TequieroGabiBesadora*





Ojo mi Enter esta weno :P

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Bajare de ese viaje , he intentare dar un viaje junto a ti.


Tu sabes muy bien quien soy, y el anónimo es un detalle.

Adiós