Presa del temor

Y cuando ya se que no tengo de que temer, cuando se que todo lo que quiero esta ahí al alance de mi mano, al alcance de mis ojos, tan solo con mirar lo veo, ya que todo lo que necesito esta inserto en ese par de luminosos ojos… esos ojos que establecen una clara y estrecha relación con su alma, con su ser; pero, sin embargo, temo… tema de costumbre es temer, temo porque ya es algo cotidiano y porque tengo miedo a sentirme tan bien que ya no tenga control sobre mi, que ya no tenga control sobre mis pies, sobre mi cabeza… y luego temo por esos ojos, no… no por esos ojos, temo por ese corazón que luego de haber sido reconstruido y armado un millón de veces después de ser destrozado, se vuelva a trisar… y se termine por esfumar. Temo pos mi inestabilidad… y aun mas por la suya…

Maldito miedo que me hace protagonista de una historieta cómica de las costumbres humanas pertenecientes a la época contemporánea, donde todo se vuelve lío y se esparce en el río de los recuerdos. Rió porque mi río ya no fluye… porque hacia tanto frío que se congeló… y los cristales apuntan hacia mi corazón.