jueves, 26 de junio de 2008

El tendedero.


Me parecía tener las manos vacías, la cabeza ahuecada, pero estaba seguro de todo, seguro de mi, más seguro que ella, seguro de que mi vida y de que la muerte llegaría. Si, claro que no tenía más que esto. Pero por lo menos poseía esta verdad, en mi mundo de mentiras, la poseía tanto como ella me poseía a mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustaria ser el por un segundo... xd